Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
Las características clínicas del TOC en la edad infanto-juvenil son muy parecidas a las de la edad adulta. Sin embargo, existen algunas particularidades específicas.
Una distinción fundamental radica en que los/as niños/as, especialmente los/as más pequeños/as, a menudo carecen de la capacidad para percibir la irracionalidad o el absurdo de sus conductas, debido a su nivel de desarrollo cognitivo. Incluso los/as adultos/as con TOC, cuando tienen mucha ansiedad, pueden no percatarse de que están siendo irracionales.
Además, el TOC en la infancia puede variar a lo largo del día dependiendo del contexto o situación específica, como durante las comidas, el baño, la escuela o al irse a dormir. Esto se debe a que las dudas obsesivas que experimentan los/as niños/as suelen estar relacionadas con situaciones cotidianas y pueden surgir en diferentes momentos del día.
Con frecuencia, los/as niños/as no pueden definir claramente el propósito de sus rituales o actos mentales, lo que resulta en una mayor prevalencia de compulsiones sobre obsesiones. Explicar las posibles consecuencias de no llevar a cabo estos comportamientos puede ser difícil para ellos/as, ya que a menudo solo experimentan una sensación difusa de peligro, sin poder articular con precisión qué temen que suceda si no cumplen con sus rituales.
La principal diferencia con los/as adultos/as es que los niños/as y adolescentes son menos capaces de identificar las obsesiones y establecer la relación funcional entre estas y las compulsiones. Además, suelen tener creencias más rígidas y pueden mostrar más pensamiento mágico, mientras que la comorbilidad significativa, como la depresión, tiende a ser menos frecuente en este grupo de edad.
Todas estas características, junto con la dificultad de identificar y describir los síntomas, la tendencia de los/as niños/as a ocultarlos por vergüenza y culpa, y la dificultad de los/as padres/as para diferenciarlos de conductas típicas del desarrollo, pueden prolongar considerablemente el tiempo hasta el diagnóstico, incluso hasta 1 a 3 años.
Los/as padres/as de un/a niño/a con TOC se encuentran con frecuencia alarmados/as, confundidos/as y frustrados/as. No comprenden lo que está sucediendo y pueden reaccionar de diversas maneras. Algunos se enfadan y prohíben que el/la niño/a realice sus rituales, lo que puede generar una respuesta hostil por parte este/a y aumentar su ansiedad. Por otro lado, otros/as padres/madres pueden colaborar en los rituales, sin darse cuenta de que están contribuyendo inadvertidamente a mantener el trastorno.
Es frecuente que los/as niños/as y adolescentes incluyan a sus padres/madres y, a veces, a sus hermanos/as en sus rituales, y es frecuente que estos/as colaboren para evitar que se sientan mal. A veces, los/as niños/as exigen esta cooperación y reaccionan con ira y enfado si no se les presta, lo que puede generar un clima familiar tenso y provocar sentimientos de indefensión en los/as padres/madres, quienes pueden sentirse desorientados/as sobre cómo manejar la situación.
Por todas estas razones, es crucial ayudar a los/as padres/madres a comprender e identificar los comportamientos característicos del trastorno y brindarles información sobre las opciones de tratamiento disponibles. Esto les permitirá tomar decisiones informadas y buscar la ayuda adecuada para su hijo o hija, lo que puede marcar la diferencia en su bienestar a largo plazo.
CONTENIDOS TÍPICOS DE LAS OBSESIONES Y TIPOS DE COMPULSIONES
En los/as adultos/as el contenido específico de las obsesiones y compulsiones puede variar ampliamente. Sin embargo, hay ciertos temas o dimensiones que son frecuentes. Estos incluyen obsesiones relacionadas con la contaminación, que a menudo se acompañan de compulsiones de lavado y limpieza; obsesiones relacionadas con un exceso de responsabilidad, que pueden llevar a compulsiones de comprobación y chequeo; obsesiones de simetría y orden, que pueden desencadenar compulsiones de repetición, orden y conteo; y obsesiones de asco, que pueden estar relacionadas con contenido sexual o religioso y ser acompañadas por compulsiones mentales y otras estrategias de neutralización.
Las manifestaciones clínicas del TOC en la edad infanto-juvenil son similares a las de la edad adulta. Las diferencias que en ocasiones se han hallado probablemente reflejan un contenido apropiado para diferentes etapas del desarrollo. Por ejemplo, las tasas de obsesiones sexuales y religiosas son más altas en los/as adolescentes que en los/as niños/as, mientras que las obsesiones relacionadas con el peligro son más altas en estos/as últimos/as.
Los contenidos más comunes son:
OBSESIONES |
Necesidad de simetría, orden y exactitud |
De contaminación y/o suciedad: preocupación excesiva con la suciedad o |
De peligro: temor e inquietud excesivos por sufrir algún daño o que lo sufra un ser querido. |
De daño: temor a dañar a los demás o a herirse personalmente. |
De acumular/ahorrar: temor a perder algo valioso. |
Necesidad de perfección. |
Religiosas (escrupulosidad): preocupación por el sacrilegio y la blasfemia, por lo que está bien/mal, por la moralidad. |
Sexuales: pensamientos, imágenes o impulsos perversos o prohibidos, contenidos que implican homosexualidad. |
Las obsesiones que se centran en la contaminación suelen ser las que se registran con más frecuencia en los niños.
De arreglar/ ordenar. |
De limpieza y lavado: lavarse excesivamente las manos, a menudo siguiendo un ritual; ducharse o asearse de forma excesiva, pormenorizada y/o ritualizada; evitar tocar objetos “sucios”, |
De comprobación: comprobar que no hizo daño/dañará a alguien, que no cometió algún error, que no ocurrió/ocurrirá nada terrible, comprobar las cerraduras, puertas o aparatos eléctricos, el trabajo escolar… |
Rituales de repetición: repetir o repasar varias veces las tareas, volver a leer o a escribir, repetir actividades rutinarias (salir/entrar por la puerta, levantarse/sentarse….). |
De acumular, almacenar y coleccionar: objetos inservibles o información potencialmente importante o peligrosa. |
De contar: objetos (libros, lapiceros, coches que pasan…) o contar repetitivamente hasta un cierto |
Mágicas/supersticiosas en las que acciones ordinarias (como el cruzar un umbral, elegir un color, tocar a alguien, etc.) se repiten para evitar un desastre imaginado. |
Rituales que implican a otras personas: preguntar a miembros de la familia para asegurarse. Por ejemplo, si algo es seguro, si está limpio, si ha hecho algo malo, si ha entendido bien, etc. |
Cualquiera de estas compulsiones puede realizarse de manera ritualizada. Una compulsión se convierte en un ritual cuando cada acción implica una serie de pasos que deben seguirse en un orden o secuencia específica y rígida.
Es posible responder a una obsesión llevando a cabo diferentes compulsiones, y también es posible realizar compulsiones similares en respuesta a diferentes obsesiones. Esto resalta la complejidad y variabilidad del Trastorno Obsesivo Compulsivo, donde las obsesiones y las compulsiones pueden estar interconectadas de diversas maneras.
Al igual que los/as adultos/as, los/as niños/as y adolescentes pueden presentar más de una obsesión y/o compulsión, y es común que eviten los lugares, personas o situaciones que puedan desencadenarlas.
A continuación se detallan algunas de las características del TOC según la etapa del desarrollo en la que aparecen los síntomas:
Edad preescolar: existen escasos estudios en este período evolutivo. Los síntomas identificados más frecuentemente son los de limpieza, orden y simetría, almacenar y preguntar por aspectos que les den seguridad. La evolución a esta edad tiende a ser continua con fluctuaciones.
Edad escolar: las temáticas de las obsesiones y compulsiones son similares a las de los adolescentes, salvo la mayor frecuencia de compulsiones de orden y repetición. Son frecuentes también las comprobaciones y repeticiones de “evitación del daño” (por ejemplo, conductas para evitar que le ocurra algo malo a un/a familiar). La gravedad de los síntomas es similar a la presentada en otras edades de la vida. Frecuentemente, los/as padres/madres refieren una mayor dificultad psicosocial de estos/as niños/as.
Adolescencia: los síntomas son similares a los de los/as adultos/as, pero con peor conciencia de enfermedad. Además, dentro de las obsesiones, las agresivas y las religiosas suelen estar más representadas en esta edad que en población adulta. También es posible la aparición de rituales mentales, como rezar, contar o repetir palabras.