LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
La personalidad se moldea y supone un conjunto de rasgos que caracterizan a una persona, explican su conducta y la hacen diferente de los demás.
Estos rasgos suelen estar tan profundamente integrados en nuestro modo de ser que a menudo pasan desapercibidos, lo que dificulta tomar conciencia de ellos y, en consecuencia, su modificación.
Aunque es difícil establecer una línea divisoria, se podría decir que las personas tienen una personalidad sana cuando se adaptan de manera flexible al ambiente y cuando sus percepciones y conductas típicas fomentan el aumento de la satisfacción personal. Tan sólo cuando estos rasgos de personalidad son inflexibles y desadaptativos y sus conductas tienen como consecuencia un malestar personal o la reducción de oportunidades para aprender y crecer, entonces podemos hablar de un patrón patológico o trastorno de la personalidad.
¿QUÉ ES UN TRASTORNO DE PERSONALIDAD?
Los trastornos de la personalidad son patrones persistentes y rígidos de pensamiento, emociones y comportamientos que afectan profundamente la forma en que una persona percibe el mundo y se relaciona con los demás. Para que se clasifique como trastorno de la personalidad, la forma de pensar, sentir y actuar de una persona debe desviarse significativamente de las expectativas culturales, persistir a lo largo del tiempo, y causar un malestar profundo y problemas en el funcionamiento diario.
Aunque los trastornos de la personalidad suelen manifestarse en la adolescencia o en los primeros años de la adultez, algunos signos pueden aparecer en la infancia, reflejándose en patrones tempranos de conducta problemáticos, como dificultades para regular las emociones, impulsividad o relaciones interpersonales conflictivas. Estos primeros indicios, si no se abordan adecuadamente, pueden evolucionar y convertirse en un trastorno de la personalidad plenamente desarrollado con el paso del tiempo.
¿QUÉ CARACTERIZA A LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD?
Las características psicológicas que definen los trastornos de personalidad están profundamente arraigadas y se manifiestan de manera automática y habitual.
En términos generales, un trastorno de la personalidad se caracteriza por:
- Patrones persistentes de pensamiento, emociones y comportamiento, que son desadaptativos y se desvían claramente de las expectativas culturales del entorno.
- Persistencia. Estos patrones tienden a ser duraderos, inflexibles y arraigados, manifestándose en una amplia gama de situaciones personales y sociales.
- Rigidez en la forma de pensar y actuar, lo que puede generar conflictos interpersonales y dificultades para adaptarse a nuevas situaciones.
- Problemas en las relaciones interpersonales. Las personas afectadas a menudo tienen dificultades para interactuar, manejar sus emociones o mostrar empatía hacia los demás.
- Desajustes en el funcionamiento general. Pueden experimentar dificultades en su desempeño laboral, académico o en otras áreas sociales importantes.
- Dificultades para ajustarse a normas culturales y sociales, lo que afecta negativamente sus relaciones personales y laborales, así como otras áreas clave de la vida. El comportamiento es desadaptativo en una variedad de situaciones.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES?
Los síntomas de un trastornos de personalidad pueden variar según el tipo específico de trastorno, pero suelen implicar dificultades en áreas clave como las relaciones interpersonales, la regulación emocional y el comportamiento. Algunos síntomas más frecuentes incluyen:
- Dificultad para establecer y mantener relaciones saludables.
- Pensamientos distorsionados sobre sí mismos/as y sobre los demás.
- Emociones intensas e incontrolables.
- Comportamientos impulsivos o irresponsables.
- Sensibilidad extrema al rechazo o la crítica.
TIPOS DE TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Los trastornos de la personalidad se clasifican en tres grupos o «clústers», según sus características comunes. Estos clústers ayudan a agrupar trastornos que comparten patrones similares de comportamiento, pensamiento y emoción. Los tres clústeres son:
Clúster A: raros-excéntricos
En el primer clúster de personalidad se agrupan aquellos trastornos de personalidad que tienen como elementos en común una tendencia al desapego social, la excentricidad, la desconfianza y la extravagancia. Las personas con estos trastornos tienden a ser distantes y a menudo tienen dificultades para establecer relaciones sociales cercanas.
Dentro de este grupo nos encontramos el trastorno paranoide de la personalidad, el trastorno esquizoide de la personalidad y el trastorno esquizotípico de la personalidad.
Clúster B: dramáticos-erráticos
Los trastornos de este grupo se caracterizan por patrones de pensamiento, emociones y comportamientos impulsivos, dramáticos, intensos o erráticos. Las personas con estos trastornos a menudo tienen relaciones interpersonales problemáticas debido a sus reacciones emocionales extremas.
Dentro de este clúster nos encontramos el trastorno límite de la personalidad, el trastorno narcisista, el trastorno histriónico y el trastorno antisocial de la personalidad.
Estos pacientes raramente consideran que son ellos los que deben cambiar; ven a los demás como el problema. Este factor, junto con su estilo dramático e impulsivo, genera malestar en sus relaciones personales-
Clúster C: temerosos-ansiosos
Los trastornos de este grupo están caracterizados por una gran ansiedad, miedo y preocupación. Las personas con estos trastornos tienden a experimentar una gran inseguridad y a evitar situaciones que podrían generar ansiedad o conflicto.
Dentro de este clúster nos encontramos el trastorno de la personalidad evitativa, el trastorno de la personalidad dependientey el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo.
Es importante destacar que, aunque muchas personas pueden exhibir características propias de estos grupos, el diagnóstico de un trastorno de la personalidad se realiza cuando esos rasgos son inflexibles, desadaptativos y persistentes, afectando negativamente el funcionamiento diario y las relaciones. interpersonales
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
La evaluación de un trastorno de personalidad puede ser compleja debido a que la persona afectada a menudo no percibe sus propios rasgos y comportamientos como problemáticos. Esta falta de autoconciencia o reconocimiento de los síntomas dificulta el proceso diagnóstico, ya que la persona puede no buscar ayuda o no entender la gravedad de las características que definen el trastorno.
Realizar un adecuado diagnóstico implica evaluar los patrones de comportamiento y funcionamiento de la persona a lo largo del tiempo. Estos rasgos deben ser claramente perceptibles desde la adultez temprana y haberse mantenido estables a lo largo del tiempo y a través de diferentes situaciones.
TRATAMIENTO TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
El proceso terapéutico busca ayudar a las personas a desarrollar una mejor comprensión de sí mismas, mejorar sus habilidades sociales y de afrontamiento, y trabajar en los patrones de pensamiento y comportamiento que perpetúan su malestar.
El tratamiento de los trastornos de la personalidad puede ser complejo, pero con un enfoque adecuado es posible lograr mejoras significativas.
Las terapias psicológicas, especialmente la Terapia Dialéctico Conductual (DBT) y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), son de las más efectivas. Además, los trastornos de la personalidad suelen estar profundamente arraigados en experiencias traumáticas previas que impactan la autoestima, la confianza en los demás y la regulación emocional. Por esta razón, el tratamiento psicológico a menudo incluye técnicas de reprocesamiento del trauma y reparación del apego, como el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular) y otras intervenciones de reprocesamiento cerebral, para facilitar la sanación y la transformación de los patrones disfuncionales.
En algunos casos, los medicamentos pueden ser útiles para manejar síntomas como la ansiedad o la depresión que suelen acompañar a estos trastornos.