DISTIMIA
Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
La distimia es un trastorno depresivo crónico que en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM 5) se agrupa dentro de los Trastornos Depresivos Persistentes, ya que sus síntomas persisten casi todos los días durante un mínimo de dos años (uno en el caso de los niños y adolescentes).
El principal síntoma de la distimia es un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día. En niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
Durante el estado depresivo las personas con distimia pueden presentar dos o más de los siguientes síntomas: pérdida o aumento de apetito, problemas de sueño (insomnio o hipersomnio), poca energía o fatiga, falta de concentración o dificultad para tomar decisiones, sentimientos de desesperanza y/o baja autoestima. Sin embargo, los síntomas no alcanzan a ser lo suficientemente graves o prolongados como para justificar el diagnóstico de otras formas más graves de depresión.
Las personas con distimia sienten como que todo lo que se proponen hacer les supone un esfuerzo y que nada les satisface, aunque normalmente pueden hacer frente a las tareas cotidianas. En ocasiones tienen días en los que se sienten mejor, aunque nunca durante más de dos meses seguidos.
El trastorno puede presentarse con características específicas para cada caso que será necesario detallar. Entre ellas se encuentra el nivel de gravedad, la edad de inicio (antes o después de los 21 años) o si se inicia durante el periparto, si existe remisión parcial o total y si se existe comorbilidad con trastornos de ansiedad, melancolía u otros. También puede presentar comorbilidad con un episodio depresivo mayor si durante esos dos años ha cumplido los criterios para un episodio de depresión mayor.
Aunque se trata de un trastorno considerado menos grave que el trastorno depresivo mayor la limitación funcional que ocasiona en lo social, laboral u otras áreas de la vida de la persona, así como en su calidad de vida y su salud es igual de importante.
Las causas de la distimia son múltiples y complejas, teniendo en cuenta las implicaciones de mecanismos biológicos y psicosociales implicados. El DSM 5 establece cuatro tipos de factores de riesgo: temperamentales, genéticos, fisiológicos y ambientales.
Es importante realizar un correcto diagnóstico que distinga la distimia de otros tipos de depresión para poder proporcionar el tratamiento oportuno que disminuya el impacto de los síntomas depresivos y las repercusiones en la vida tanto de la persona que la padece como de sus familiares.
La distimia puede persistir durante años, de ahí la importancia de intervenir lo antes posible. Con frecuencia se complementa el trabajo psicoterapéutico con tratamiento psicofarmacológico.