PRINCIPALES TIPOS DE COMPULSIONES
Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
Tipos de trastorno obsesivo compulsivo
Las compulsiones pueden ser motoras (volver con el coche para ver si se ha atropellado a alguien, fregar varias veces el mismo lugar, comprobar que no se ha tirado algo valioso, etc.) o mentales (contar un número determinado de veces, rezar, repetir algún mensaje, etc.). Estas últimas pueden pasar desapercibidas, al no tratarse de conductas manifiestas.
La persona con TOC dedica una cantidad excesiva de tiempo a organizar objetos o realizar acciones de manera meticulosa y detallada.
A veces, se realizan determinadas compulsiones sin que haya una obsesión explícita que las dispare. La persona simplemente siente la necesidad urgente de hacer algo para aliviar un malestar (mover alguna parte del cuerpo, poner las cosas de una forma determinada, sentarse en una posición determinada…).
En ocasiones estas conductas compulsivas se hacen de manera ritualizada o estereotipada, pero otras muchas sin seguir un orden específico.
Clasificación de las compulsiones según su contenido:
Compulsiones de lavado o limpieza
La persona con este tipo de TOC tiene que lavar las cosas, cambiarse la ropa o limpiar excesivamente para evitar contagios, enfermedades o simplemente para aliviar su ansiedad si se siente sucia. Por ejemplo, puede pasar mucho tiempo limpiando una misma baldosa, lavándose las manos, duchándose… a veces en un determinado orden y/o un número determinado de veces (con rituales).
Compulsiones de comprobación (verificación)
Estas conductas se llevan acabo con el fin de evitar posibles daños o catástrofes. La persona tiene que comprobar que no es mala persona o está loca, que no ha hecho o dicho algo perjudicial para sí misma o los demás o bien asegurarse de que ha realizado una determinada conducta.
Por ejemplo tiene que chequear que no ha dejado la puerta, el gas o el grifo abiertos; preguntar para resolver dudas (si ha dicho/hecho algo inapropiado que haya podido perjudicar a alguien, traicionarlo, hacer algo ilegal…; reconstruir mentalmente las acciones realizadas o conversaciones; comprobar varias veces una carta antes de enviarla, la basura antes de tirarla, los sentimientos hacia su pareja…).
Las personas con estas compulsiones con frecuencia necesitan “reasegurarse” buscando eliminar la duda, incluso cuando sean cosas objetivas, como ver el grifo cerrado y aún así sentir la duda.
Compulsiones de repetición
La persona siente la necesidad de realizar una misma acción un número concreto de veces y/o hacerla del “modo correcto” para quedarse tranquila.
La realización recurrente y persistente de ciertas acciones o rituales es comparable a las supersticiones, donde las personas realizan acciones repetitivas en situaciones cotidianas con la creencia de que eso evitará un posible desastre o consecuencia negativa. Por ejemplo, alguien puede sentir la necesidad de cruzar los dedos al pasar por debajo de una escalera o tocar madera para evitar que algo malo ocurra.
Tanto las compulsiones de repetición como las supersticiones implican una sensación de falta de control sobre eventos futuros y una búsqueda de seguridad mediante la repetición de comportamientos específicos.
Compulsiones de orden y simetría
Las compulsiones de orden y simetría son comportamientos que las personas llevan a cabo para reducir la ansiedad o el malestar que sienten si las cosas no están organizadas de una manera específica, a menudo en busca de simetría, equilibrio o perfección
Sienten, por ejemplo, la necesidad de ordenar o alinear objetos de una forma particular, a menudo llevando a ajustes constantes y repetitivos para lograr la alineación o el orden adecuados o lentamente para comprobar que se hacen «bien» (lentitud compulsiva).
Compulsiones relacionadas con la religión/moral/erótica
Las compulsiones relacionadas con la religión y la moralidad pueden variar según las creencias individuales y las obsesiones específicas de cada persona.
La persona puede, por ejemplo, sentir la necesidad reiterada de confesar supuestos pecados o faltas morales, incluso cuando no se ha cometido ningún acto indebido o evitar participar en ciertas actividades, como ver ciertos programas de televisión o tener pensamientos «impuros», por temor a ser castigada por Dios o por violar sus propias normas morales. También puede comprobar compulsivamente si hay o no excitación sexual en determinadas situaciones donde no debería haberla, generar pensamientos «positivos» para contrarrestar los pensamientos «impuros» o incluso realizar rituales de purificación, como baños o limpiezas repetidas, como una forma de eliminar la «contaminación moral» percibida.
Compulsiones de acumular, amontonar y coleccionar
Las personas sienten la necesidad de guardar y/o coleccionar objetos aparentemente inservibles por si en un futuro fuera necesario, o para evitar la pérdida de cosas o información potencialmente valiosa .
Las personas que realizan este tipo de comportamientos a menudo tienen dificultades para desechar objetos debido a un temor intenso a perder información importante o a necesitar los objetos en el futuro. Pueden sentir una fuerte conexión emocional con los objetos que acumulan, incluso si estos objetos parecen tener poco o ningún valor para los demás.
Esta acumulación puede extenderse a diferentes tipos de objetos, desde artículos de uso diario hasta revistas, periódicos, cartas, envases vacíos, y más.
Estas compulsiones pueden llevar a la acumulación de grandes cantidades de objetos en el hogar, lo que puede interferir con la funcionalidad del espacio vital, causar problemas de seguridad e higiene y afectar negativamente la calidad de vida de la persona y de quienes conviven con ella.
Con frecuencia, las personas que padecen TOC presentan varias obsesiones y compulsiones, aunque suele haber una que destaca como la más prominente o que causa más angustia y disfunción en su vida diaria.
Además de las compulsiones la persona puede llevar a cabo ciertas conductas de evitación y/o escape para evitar enfrentarse a algo que pueda activar la obsesión y/o malestar. Estas conductas pueden incluir evitar lugares, situaciones o personas que desencadenen la obsesión.
Estas estrategias de evitación y escape pueden proporcionar un alivio temporal, pero a largo plazo refuerzan el ciclo de obsesiones y compulsiones, contribuyendo a la persistencia del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).