Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
Hay señales reveladoras que indican que una pareja podría beneficiarse de ir a terapia.
La angustia constante en la relación es dañina para el bienestar físico y mental y, junto con las peleas frecuentes y la creciente distancia emocional, puede afectar negativamente a los hijos e hijas.
Afortunadamente, la terapia de pareja con base empírica ha demostrado que puede crear un cambio positivo para el 70% de las parejas. Y estos cambios realmente duran. Sin embargo, las parejas a menudo no buscan soluciones basadas en la investigación para mejorar su relación. Algunos estudios resaltan que la pareja promedio espera hasta 6 años antes de buscar ayuda profesional. Con frecuencia, cuando se acude a terapia, ya se llevan años acumulando una gran carga emocional acumulada y el trabajo psicoterapéutico se hace más difícil, pues suele haber mucho dolor, cansancio y desconfianza mutuas.
Señales o determinados momentos podrían indicar que una pareja podría beneficiarse de la terapia de pareja.
Éstos incluyen:
- Problemas de comunicación. Si tienes dificultades para comunicarte con tu pareja, ya sea porque sientes que no te escuchan o porque no sabes cómo expresar tus sentimientos, la terapia de pareja puede ayudar a mejorar la comunicación y encontrar formas más efectivas de expresarse.
- Distancia emocional y soledad. Si tú o tu pareja os sentís sin apoyo y descartados emocionalmente o encontráis dificultad para abriros emocionalmente.
- Problemas de confianza y compromiso. La confianza es fundamental en una relación, y si ha habido engaños o mentiras en el pasado, puede ser difícil recuperarla por cuenta propia. La terapia de pareja puede ayudar a trabajar en la reconstrucción de la confianza y establecer formas saludables de comunicación y transparencia.
- Inseguridades de apego que se basan en sentimientos de baja autoestima y temores de abandono. Esto puede incluir una dependencia extrema, que conduce a comportamientos intrusivos, pero también puede incluir una independencia extrema que puede hacer que una pareja sienta que no es una prioridad.
- Problemas sexuales: la terapia de pareja puede ayudar a abordar problemas relacionados con la intimidad y la sexualidad. Si hay dificultades para hablar sobre el sexo o si hay problemas físicos, de deseo o emocionales que afectan la vida sexual, la terapia de pareja puede ayudar a encontrar soluciones.
- Dificultades con algún aspecto de la vida de la otra parte, como son sus familiares, amistades, trabajo.
- Diferencias en los estilos de crianza que conducen al conflicto.
- Dificultades en la convivencia. Si hay problemas en la convivencia, como la sensación de injusticia en la división de las tareas del hogar, mala gestión y desacuerdo en aspectos económicos o la educación de los hijos e hijas, la terapia de pareja puede ayudar a encontrar soluciones que satisfagan a ambas partes.
- Cambios en la relación. Si hay un cambio importante en la relación, como la llegada de un hijo, la jubilación, una enfermedad o un cambio de trabajo, la terapia de pareja puede ayudar a adaptarse a estos cambios y encontrar maneras de seguir adelante juntos.
- Problemas psicológicos no tratados que complican las cosas en la relación: adicciones o abusos (drogas, alcohol, pornografía…), problemas de ansiedad, depresión, estrés mantenido en el tiempo, etc.
- Toma de decisiones desigual.
- Crianzas infantiles difíciles que tienen parejas emocionalmente heridas y dificultan confiar en su pareja o mantenerse comprometido cuando surge un conflicto.