Susana Zazo Díaz | Psicóloga General Sanitaria
Con frecuencia a los padres y madres les preocupa que sus hijos e hijas puedan llegar a ser víctimas de acoso escolar. Todos oímos noticias de menores que son acosados/as en el colegio o instituto y es normal que surja la preocupación de que algún día les pueda ocurrir a ellos/as.
Por este motivo conocer algunas de las características clínicas que con más frecuencia presentan los niños y niñas víctimas del acoso escolar puede ayudarnos a identificarlo a tiempo y hacer algo para ayudarlos/as.
Aunque no todos los menores que sufren acoso reaccionan igual, con frecuencia se aprecian ciertos cambios en su comportamiento que pueden avisarnos de que algo puede estar pasando.
Algunas señales que podrían indicar que hay un problema de acoso son:
- Rechazo por asistir al colegio.
Cuando el/la menor se niega a ir al colegio y hasta ese momento no ha supuesto un problema, podemos sospechar que algo está pasando. Algunos/as niños/as incluso fingen estar enfermos/as para no acudir.
- Cambios de humor.
Es frecuente que tengan cambios abruptos de humor, como consecuencia de la tensión y la angustia que están sufriendo. De hecho, en algunos/as niños/as aparecen estallidos de ira y un comportamiento más irascible. En otras ocasiones, por el contrario, se aíslan y están más tristes y apagados/as, desmotivados/as en general por cosas que antes les hacía ilusión.
- Otros síntomas emocionales.
El niño o niña puede mostrar síntomas de ansiedad, nerviosismo, tristeza, miedo, angustia… sin causa aparente.
- Síntomas psicosomáticos. Dolores de cabeza, de estómago, de espalda, fatiga, … Cuando las preocupaciones, la angustia y la ansiedad no se canalizan ni son expresadas y manejadas adecuadamente terminan expresándose a través del cuerpo.
- Trastornos del sueño.
Al niño o niña le cuesta conciliar el sueño, o se despierta antes de lo normal, o en medio de la noche. También puede tener sueños agitados y pesadillas, negarse a dormir solo o no querer irse a la cama.
- Pérdida de apetito o atracones.
- Disminución del rendimiento académico.
Un/a niño/a que es acosado/a no puede concentrarse ni en casa ni atender adecuadamente en clase ni en los exámenes y eso puede provocar cambios en el rendimiento académico y pérdida de interés en las tareas escolares. Esto es especialmente sospechoso en aquellos/as niños/as que nunca antes han presentado dificultades escolares.
- Aislamiento social.
Si no se relaciona como antes, evita situaciones sociales, no habla de sus amigos y amigas, cambia de repente de círculo o deja de relacionarse con sus compañeros y compañeras fuera del colegio o instituto.
- Pérdida o rotura de material escolar o de sus pertenencias.
- Piden dinero en casa o éste desaparece.
Algunos niños y niñas son acosados de esta manera. Les quitan el almuerzo, les piden dinero o alguna pertenencia que desee el agresor.
- Disminución de la autoestima.
Una de las principales consecuencias del bullying es la repercusión en la autoestima y la confianza del/la menor. El niño/a acosado/a se siente indefenso/a, inseguro/a y con el tiempo el acoso interfiere en su desarrollo psicológico, social y emocional.
Cantos más síntomas presente el niño o la niña más probable es que algo les esté pasando, por eso es importante hablar con él o ella y transmitirles nuestro apoyo. Muchas veces no lo cuentan por vergüenza o por miedo, por eso es importante transmitirles que estamos ahí, que sea lo que sea lo que esté ocurriendo lo afrontaremos juntos/as, siempre respetando su ritmo y sin forzarles a hablar. También podemos hablar con el colegio para que desde allí estén atentos a cualquier cambio o señal y entre todos y todas poder investigar qué está ocurriendo.