Uno de los subtipos de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) menos conocidos, pero sumamente debilitante, es el TOC de duda, también conocido como «TOC de duda patológica». Este tipo de TOC se caracteriza por una marcada dificultad para tolerar la incertidumbre y una necesidad abrumadora de obtener certezas sobre las propias acciones, pensamientos o decisiones. Las personas que experimentan este tipo de TOC suelen quedar atrapadas en ciclos interminables de dudas y comportamientos compulsivos.
Aunque no todas las situaciones provocan esta reacción, aquellas que despiertan dudas pueden sumergir a la persona en un ciclo de incertidumbre, afectando gravemente su bienestar emocional y su funcionalidad en la vida diaria.
Este temor al daño o la catástrofe, combinado con un sentido excesivo de responsabilidad, suele ir acompañado de una sensación constante de duda, ansiedad o incertidumbre.
Los comportamientos repetitivos de comprobación se utilizan como una estrategia para prevenir lo que se percibe como una posible consecuencia peligrosa. Como resultado, estas personas son comúnmente denominadas «verificadoras» o «comprobadoras». Además de la comprobación, estas personas pueden recurrir a otros rituales, tanto físicos como mentales, a la realización de conductas específicas para sentirse protegidas o incluso evitar ciertas situaciones, palabras o estímulos.
¿CÓMO SE MANIFIESTA EL TOC DE DUDA?
El TOC de duda puede tomar muchas formas y se puede expresar en diferentes áreas de la vida, pero todos los casos comparten una característica común: la incapacidad para tolerar la incertidumbre y un temor profundo a las consecuencias negativas.
La persona vive con la angustia de que, si no obtiene una respuesta clara o no verifica repetidamente sus pensamientos o acciones, puede ocurrir un desastre.
Algunos ejemplos
Temor a causar daño o no evitar un peligro
Este tipo de TOC se caracteriza por un miedo constante a causar daño, ya sea a uno/a mismo/a o a los demás, generalmente debido a la imprudencia o negligencia.
Las personas con este subtipo de TOC sienten una responsabilidad excesiva por evitar cualquier tipo de daño a sí mismas o a los demás. Esto las lleva a realizar rituales de comprobación, como verificar varias veces si una puerta está cerrada o si un electrodoméstico está apagado, o preventivos, como realizar un ritual de «protección» (rezar, tocar objetos específicos o repetir frases de seguridad…).
Este ciclo de dudas y verificaciones repetitivas no solo consume tiempo y energía, sino que también afecta profundamente el bienestar emocional y la capacidad de llevar a cabo las actividades cotidianas con normalidad.
En el caso concreto de las compulsiones de verificación, algunas investigaciones han encontrado que las personas con estos comportamientos tienden a dudar de sus propios recuerdos y tienen menos confianza en su memoria.
En las relaciones de pareja: «¿Realmente quiero a mi pareja?»
El TOC de duda también puede afectar a las relaciones de pareja, provocando que la persona se cuestione repetidamente si realmente ama a su pareja, incluso cuando la relación es estable y feliz. Algunas preguntas comunes en este caso son:
¿Realmente estoy enamorado/a de mi pareja?
¿Es esta la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida?
¿Si tuviera una oportunidad con otra persona, lo haría? ¿Eso significa que no amo a mi pareja?
Estas dudas recurrentes pueden generar un alto nivel de estrés y confusión, ya que la persona afectada se siente en la necesidad de reafirmar constantemente sus sentimientos. El deseo de encontrar respuestas definitivas para aliviar la incertidumbre puede llevar a una ansiedad constante donde la persona busca, sin éxito, certezas sobre su amor y lealtad, lo que a menudo alimenta más dudas y perpetúa el ciclo de cuestionamientos internos.
Duda en la identidad sexual: «¿Y si en realidad soy homosexual?»
En algunas personas, el TOC de duda se manifiesta de forma obsesiva en relación con la orientación sexual. Aunque la persona puede tener una identidad sexual clara, la ansiedad y las dudas constantes sobre su orientación pueden favorecer la aparición de pensamientos intrusivos y comportamientos repetitivos. Algunos ejemplos de este tipo de duda incluyen:
- Preguntarse si realmente sienten atracción por personas del mismo sexo, a pesar de haber tenido experiencias satisfactorias que confirmen su orientación.
- Miedo a que ciertos pensamientos o fantasías reflejen una identidad sexual no deseada.
- Preocupación por no ser honesto/a con uno/a mismo/a o con los demás sobre su orientación sexual.
Esta incertidumbre no sólo es angustiante, sino que puede llevar a la persona a buscar respuestas de manera compulsiva, aumentando su malestar y atrapándola en un ciclo interminable de verificación. Por ejemplo, podría investigar constantemente sobre la identidad sexual, leyendo artículos o comparando sus experiencias con las de otras personas para confirmar si sus sentimientos son «normales». Además, podría estar pendiente de cómo se siente ante personas del mismo sexo, observando si experimenta atracción o confusión en determinadas situaciones. También podría revisar sus interacciones pasadas, preguntarse repetidamente si se ha sentido atraída por personas del mismo sexo, o incluso buscar la opinión de amigos/as o familiares, todo sin lograr encontrar una respuesta definitiva, lo que perpetúa su ansiedad.
Dudas en ciertas decisiones de la vida
Desde cuestiones cotidianas, como si ha realizado correctamente una tarea en el trabajo, hasta decisiones más trascendentales, como elegir una carrera o mudarse a una nueva ciudad, las personas con este subtipo de TOC se sienten abrumadas por la necesidad de estar completamente seguras de haber tomado (o tomar) la decisión «correcta». Esta duda puede llevarlas a quedarse atrapadas en un bucle interminable de análisis y revisión, ya sea de manera física o mental.
Responsabilidad excesiva
El TOC de duda también se manifiesta a través de preocupaciones obsesivas sobre el bienestar de los demás, como familiares o amigos/as. La persona siente una responsabilidad excesiva de evitar el daño a través de rituales compulsivos. Hay una creencia irracional de que, si no realiza ciertos actos o rituales, algo negativo ocurrirá y será responsabilidad suya.
Por ejemplo, una persona con este tipo de TOC podría experimentar un pensamiento intrusivo sobre un posible accidente que le ocurra a un ser querido. Ante este pensamiento, siente que debe hacer algo, como rezar o alguna conducta «mágica», como tocar madera, para evitar que el mal suceda. La ansiedad surge de la creencia de que, si no realiza estas acciones, contribuirá a que el daño se haga realidad, incluso en los casos en los que la persona cree, en el fondo, que su control sobre dichos eventos es nulo.
Otro ejemplo es el miedo a causar daño sin querer, ya sea a otras personas o a sí mismo/a. La persona no solo duda de las consecuencias de sus acciones, sino que también siente una necesidad compulsiva de evitar cualquier daño potencial. Por ejemplo, alguien con este tipo de TOC podría temer que, al tirar papeles con información personal, pudiera estar contribuyendo a un robo de identidad. Esto puede llevarla a revisar una y otra vez que los papeles estén destruidos correctamente, o incluso a evitar deshacerse de ellos por completo. Otros ejemplos incluyen la necesidad de asegurarse de que un objeto esté en su lugar correcto, para evitar un accidente, o evitar actividades cotidianas por miedo a que algo negativo suceda sin querer.
En este tipo de TOC, la persona no solo duda sobre si ha tomado las precauciones adecuadas, sino que siente una abrumadora responsabilidad de realizar los rituales necesarios para que no ocurra una catástrofe.
¿POR QUÉ SUCEDE ESTO?
El TOC de duda surge principalmente debido a una combinación de factores cognitivos, emocionales y biológicos.
1. Dificultad para tolerar la incertidumbre
Las personas con TOC de duda tienen dificultades para tolerar la incertidumbre. El cerebro, al no poder manejar la ambigüedad, genera una constante búsqueda de certeza. Esta necesidad de certidumbre puede hacer que las personas se atasquen en pensamientos o conductas repetitivas que no conducen a soluciones reales, sino que alimentan el ciclo de la obsesión.
2. Creencias irracionales
Las personas con este tipo de TOC presentan ciertas creencias irracionales. Por ejemplo, pueden pensar que, si no realizan una acción específica serán responsables de que ocurra un evento negativo y que además las consecuencias serán terribles. Estos pensamientos irracionales aumentan su sentido de responsabilidad. La necesidad de prevenir lo que consideran un daño potencialmente catastrófico les lleva a realizar rituales o verificaciones para aliviar su ansiedad. Sin embargo, cuanto más repiten estas conductas, más se refuerza la idea de que realmente están previniendo un desastre, lo cual perpetúa el ciclo.
Sentimientos de responsabilidad extrema
El sentido de responsabilidad en el TOC de duda suele ser desproporcionado. Esta exageración de la responsabilidad lleva a que se conviertan en guardianes de la seguridad de los demás, sin poder desconectar de la idea de que, si no lo hacen, alguien podría salir herido. Este sentido de responsabilidad impulsa, por ejemplo, a la realización de comprobaciones continuas para asegurarse de que sus seres queridos estén a salvo, o a evitar ciertas acciones por miedo a causar un daño sin querer.
4. Preocupación excesiva por las consecuencias negativas
El miedo a que algo malo suceda puede llevar a la persona a anticipar consecuencias negativas de manera excesiva y catastrófica. Esta anticipación de eventos graves o desastrosos genera una gran ansiedad que, a su vez, refuerza la necesidad de realizar rituales o verificaciones, como llamar repetidamente a un ser querido, asegurarse de que algo esté perfectamente cerrado o, en su lugar, repasar una y otra vez sus pensamientos para confirmar que no han cometido un error.
5. Refuerzo negativo
A través de un proceso conocido como refuerzo negativo, las personas con TOC de duda experimentan un alivio temporal de la ansiedad al realizar un ritual o conducta de comprobación. Este alivio refuerza la creencia de que su acción está protegiendo a los demás lo que, a su vez, crea un ciclo de comportamiento compulsivo. De este modo, la duda y la sensación de responsabilidad se perpetúan.
6. Influencias genéticas
También hay una dimensión biológica en el origen y mantenimiento del TOC. Se ha sugerido que este trastorno podría estar relacionado con un desequilibrio químico en el cerebro, particularmente en los niveles de serotonina. Además, diversos estudios han indicado que puede existir una predisposición genética en algunas personas. Aquellos/as con antecedentes familiares de TOC podrían tener una mayor probabilidad de desarrollar síntomas similares.
7. Trauma o experiencias pasadas
En algunos casos, el TOC de duda puede estar relacionado con experiencias traumáticas o eventos pasados en los que la persona sintió que no pudo evitar que algo negativo ocurriera. La memoria de esa experiencia y el deseo de evitar que se repita pueden desencadenar la necesidad de buscar control a través de rituales o comprobaciones excesivas.
¿CÓMO SE TRATA EL TOC DE DUDA?
El tratamiento más efectivo para el TOC de duda es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a la persona a enfrentar la incertidumbre de una manera gradual y controlada, sin tener que recurrir a las compulsiones
Además de la terapia, algunos pacientes también pueden beneficiarse de medicamentos como los antidepresivos ISRS (inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina), que ayudan a reducir los síntomas obsesivos y la ansiedad generalizada.
CONCLUSIÓN
El TOC de duda es un trastorno que puede provocar un sufrimiento considerable, pero es importante recordar que, con el tratamiento adecuado y el apoyo necesario, las personas pueden aprender a gestionar sus síntomas, mejorando significativamente su calidad de vida y funcionalidad diaria.
En Consulta Goya llevamos más de 20 años brindando apoyo a personas con TOC, incluyendo aquellos/as que experimentan el TOC de duda. En nuestro centro contamos con un equipo especializado con una amplia experiencia en el tratamiento de este trastorno, utilizando enfoques basados en la evidencia.